martes, 27 de febrero de 2007

Vivir Por Tus Sueños

Hace pocos días, mientras desayunaba con mi amiga, recorde una frase que escuche en la tercera parte de la famosa película de Steven Spilberg, Jurassic Park.

Este dialogo se desarrollaba entre el famoso paleontólogo, Dr. Grant y un niño al cual acababa de rescatar:

- Tengo la teoría de que existen dos clases de persona. Aquellos que quieren ser astrónomos y los que quieren ser astronautas.

- Yo quiero ser astronauta

- No entiendo por qué alguien querría ir al espacio. Es muy peligroso. Haces una sola cosa mal y estás muerto. Los astrónomos estudian esas cosas increíbles desde un lugar completamente seguro. Y verdaderamente, todo lo que realmente necesitas aprender, lo podes aprender desde el suelo. La diferencia entre imaginar como deben ser esas grandes cosas y ver como realmente son es estar dispuesto a tocarlas.

Y si lo pensamos, la vida misma es así. Todos los días, debajo del sol uno puede elegir ser un seguro astrónomo que nuca correrá peligros o un astronauta que podría morir ante el menor error. El problema es que el astrónomo jamás vera de cerca una estrella, nunca pisara la superficie de otro planeta o de la luna y probablemente el único pedazo de roca extraterrestre que tendrá en sus manos será de algún meteorito que cayo accidentalmente en la tierra.

Todos los días corremos riesgos. Cada mañana al despertar debemos elegir que camino seguir y podríamos lastimarnos, caernos y rodar por el suelo. Pero no puedo imaginar una vida en donde los únicos riesgos que tome sean: qué color de ropa uso hoy para no quedar mal; qué comer para que no me caiga mal; con qué amigos hablar para que no hablen mal de mi.

Correr riesgos duele, no solo duele la consecuencia. Y vivir para ver cumplidos tus sueños, definitivamente duele. Luchar cada día por ver cumplido lo que anhelas tal vez te cause dolor, como le causa dolor a la mariposa hacer fuerza para salir del capullo. Pero es esa fuerza la que produce que sus alas se formen.

Y como escribí hace poco tiempo: “alguien mas no dejo un ejemplo que no tiene punto de comparación en cuanto a Pasión.... le decían el carpintero, el hijo de José.... El pago un precio que nadie podría pagar por ver su sueño (y el de su padre) realizado.
Y acá estamos todos hoy gracias a El.”

Vivir por mis sueños implica pagar un precio que puede ser alto. A veces se pierde mucho mas de lo que uno quiere pero estoy seguro de una cosa: vale la pena.

viernes, 9 de febrero de 2007

La Calle De La Vida

Particular la escena que observe en el día de ayer. Y una vez mas era una escena con bicicleta.

Una amiga iba manejando su bici por la vereda y en cada esquina debía bajar a la calle. Y esto no tendría nada de extraordinario si no fuera por el siguiente paso que era subir a la vereda siguiente con un obstáculo inesperado: mi amiga no sabe subir la vereda por el cordón sino que debe buscar la subida mas cercana para poder seguir avanzando, obligándola, en algunos casos a ir hasta media cuadra a la izquierda para subir y luego retomar el camino en línea recta.

Mientras observaba esto me di cuenta de que la mayoría de nosotros es así en muchas situaciones. Tenemos el camino por delante pero buscamos la manera de hacerlo mas sencillo. Para esto buscamos atajos y desviaciones que terminan haciendo el camino mas largo y en ocasiones nos llevan lejos del camino correcto.

Tenemos la senda marcada. Ya otros caminaron el camino antes que nosotros y podemos seguir los pasos de aquellos que siguieron el camino correcto. Nuestros Padres, Abuelos, Maestros, EL MAESTRO.

Sabemos que debemos asumir responsabilidades pero preferimos postergarlo para facilitar las cosas. Es necesario que trabajemos pero es más fácil seguir descansando. El estudio es fundamental y aun así seguimos diciendo que no hay una carrera que nos guste. Atajos en la calle de la vida.

Si tomamos conciencia de que solo hay que hacer un poquito más de esfuerzo cuando viene el cordón y poder seguir en línea recta a la meta, Podríamos realizar antes nuestras metas. Y no solo antes sino de la manera correcta.

Es solo un poco mas de esfuerzo para volver a la senda que perdimos hace tiempo. Por algo dijo un sabio hace algún tiempo: “deténganse en el camino y pregunten donde está la senda antigua, el buen camino, y caminen por él. Y encontrarán paz para sus almas”.

El camino es largo. Para algunos 80, 90, tal vez 100 años pero la vida podría terminarse en un segundo y es esencial caminar por el camino correcto para dejar una huella que otros puedan seguir.